NI UNA MENOS
No tengo palabras para expresar el desbordamiento que siento estos días. Indignación, tristeza, rabia profunda… Son palabras que se quedan cortas. La muerte de Lucía Pérez me ha traspasado. Cualquier muerte violenta de cualquier mujer por culpa de la violencia machista me ha parecido y me parecerá siempre algo desolador y absolutamente reprobable. Pero, la de Lucía, sobrepasa todos los límites de lo humano. Lo peor de todo es que es humano. Y yo me avergüenzo de pertenecer a esta especie insufrible.
Os dejo este artículo de Beatriz Gimeno, que expresa con total claridad lo que yo no puedo decir, porque, simplemente, me he quedado sin palabras.
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