EL SUICIDIO

"Ophelia" de John Everett Millais
Cuando descubrí que el suicidio es la primera causa de muerte no natural en España, me quedé en shock. ¡La primera causa de muerte no natural! ¡LA PRIMERA! Desbordamiento completo… Pero lo que más me sorprendió es no haberlo sabido hasta entonces (tendría unos 20 años cuando lo descubrí). ¿Cómo es posible que en veinte años nunca me hubiera enterado de esta barbaridad? ¿Cuál es la razón de que esta información no esté más difundida? Como estaba que no cabía en mí de la impresión, fui preguntando a la gente para comprobar si conocían o no este hecho (intenté que el rango de edad fuera diverso), ¡y ninguna de las personas a las que pregunté tenía idea alguna de ello! ¿Por qué la mayoría de la gente lo desconoce? Y no estamos hablando de algo exiguo; se trata de casi 4000 muertes al año, es decir, unos 11 suicidios al día. UNA BRUTALIDAD TOTAL. 

Esto me resultó indignante y me pareció evidente que existía una ocultación intencionada y manifiesta. Joder, es que no queda nada bien publicar las estadísticas que evidencian que la gente tiene el deseo de morirse; es un indicativo alarmante de que la sociedad está fracasando estrepitosamente. Y no me creo para nada que su no difusión se deba única y exclusivamente a la creencia de que contarlo es fomentarlo. Según parece esa es una de las causas oficiales que se esgrimen para no divulgar el número de suicidios; se piensa que si se da a conocer que muchas personas se suicida la gente lo puede ver como algo normalizado y decantarse más por esta opción. 

Pero, ¿saber que mucha gente toma la decisión de hacer algo incita a otras personas a llevarlo a cabo? Albergo dudas al respecto, aunque quizá, en algunos casos, pueda tener cierto sentido. No en balde nuestras figuras de autoridad más cercanas nos han repetido hasta la saciedad eso de “Y si tus amigos se tiran a un pozo, ¿tú también vas detrás?”, dando a entender que, en cierta forma, tendemos a hacer lo que hacen los demás, o más bien, nuestro grupo de referencia. Pero de ahí a deducir que algo nos va a parecer bueno por el mero hecho de que lo hagan muchas personas, no sé, es un tanto simplistas. De hecho, utilizar este recurso como argumento es caer en la denominada falacia ex populo. Que la mayoría de gente haga, diga, opine, etc., algo, no quiere decir que eso sea bueno o verdadero. El ejemplo más típico de esta falacia es el siguiente: Dios tiene que existir porque tanta gente no puede estar equivocada. ¡Por supuesto que puede estar equivocada!, porque el número de gente que apoye algo no es suficiente criterio para demostrar su veracidad. 

En el caso del suicidio, dudo que alguien pueda tener más ganas de quitarse la vida al saber que en su país hay muchas personas que eligen esta opción. Y aun aceptando que esto fuera cierto, me parece que, si se oculta por esta causa, es clarísimo que no sirve absolutamente para nada, porque ¡YA HAY 4000 SUICIDIOS CADA AÑO! Silenciarlo es completamente inútil y, cómo mínimo, habría que hacer campañas activas de concienciación y ayuda, porque, si no, ¿cómo se va a resolver el problema? ¿Solo? ¡Dios, qué indignante! Es una vergüenza que los políticos no pongan todo su empeño en solucionar algo tan grave. Pero, claro, si se difunde a lo mejor la gente comienza a pensar que no vivimos en el mejor de los mundos posibles y exige responsabilidades y cambios. 

En fin, para terminar me quedo con la siguiente reflexión del genial Albert Camus, que muy acertadamente considera el suicidio como el tema más importante del que se debe ocupar la filosofía por su radicalidad y sus consecuencias. Y no me extraña, pues no tener motivación para vivir es sin duda uno de los problemas más graves de la existencia humana. Incluyo a continuación algunos fragmentos del principio de su obra “El mito de Sísifo”: 

"No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar si la vida vale o no vale la pena vivirla es responder a la pregunta fundamental de la filosofía. Las demás, si el mundo tiene tres dimensiones, si el espíritu tiene nueve o doce categorías, vienen a continuación. (...) 

Si me pregunto en qué puedo basarme para juzgar si tal cuestión es más apremiante que tal otra, respondo que en los actos a los que obligue. Nunca vi morir a nadie por el argumento ontológico. Galileo, que defendía una verdad científica importante, abjuró de ella con la mayor facilidad del mundo, cuando puso su vida en peligro. En cierto sentido, hizo bien. Aquella verdad no valía la hoguera. Es profundamente indiferente saber cuál gira alrededor del otro, si la tierra o el sol. Para decirlo todo, es una cuestión baladí. En cambio, veo que muchas personas mueren porque estiman que la vida no vale la pena vivirla. Veo a otras que, paradójicamente, se hacen matar por las ideas o las ilusiones que les dan una razón para vivir (lo que se llama una razón para vivir es, al mismo tiempo, una excelente razón para morir). Opino, en consecuencia, que el sentido dela vida es la pregunta más apremiante. (…)

Siempre se ha tratado del suicidio como de un fenómeno social. Por el contrario, aquí se trata, para comenzar, de la relación entre el pensamiento individual y el suicidio. Un acto como este se prepara en el silencio del corazón, lo mismo que una gran obra. El propio suicida lo ignora. Una noche dispara o se sumerge. De un gerente de inmuebles que se habían matado, me dijeron un día que había perdido a su hija de cinco años y que esa desgracia le había cambiado mucho, le había “minado”. No se puede desear una palabra más exacta. Comenzar a pensar es comenzar a estar minado. La sociedad no tiene que ver mucho con estos comienzos. El gusano se halla en el corazón del hombre y en él hay que buscarlo. Este juego mortal, que lleva de la lucidez frente a la existencia a la evasión fuera de la luz, es algo que debe investigarse y comprenderse."

Comentarios

  1. No sé por qué se silencia la incidencia de suicidios en España. Ya sabía que era bastante elevado y también leí que no se le daba publicidad para evitar el contagio. Al igual que tú tengo mis dudas. Sé que si se visibiliza y se publicita se convierte en un problema a resolver y esto conllevaría grandes inversiones de prevención en salud mental. Tanto en centros educativos, como en ambulatorios o en el mismo lugar de trabajo. ¿Quieren nuestras autoridades preocuparse por eso si requiere de una gran logística, incluso empezar a preocuparse porque en algunos suicidios, el tipo de política podría tener influencia ? ¿Sabrían por dónde empezar a resolver el problema?
    Gran fragmento ese de El mito de Sísifo, pero no tengo tan claro lo que dice de que la sociedad no tiene que ver mucho. Supongo que habrá factores, predisposiciones y circunstancias individuales; pero el tipo de sociedad alguna influencia tendrá también.
    Un abrazo, Desbordamientos.

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    1. ¡Hola Ángeles! Sí, yo también creo que la sociedad tiene, en algunos casos. mucho que ver. No sé bien por qué Camus le da más importancia a lo individual, pero bueno, puedo entenderlo porque, al fin y al cabo, decidir quitarse la vida es algo que afecta directamente al propio individuo. Un abrazo.

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  2. Cuando me enteré que el suicidio era la primera causa de muerte no natural de nuestro país también aluciné (en países como Suecia todavía es más elevado). "¿Por qué nadie habla de eso?" también me pregunté. Supongo que es un problema que ningún gobierno quiere o sabe como afrontar.

    Me apunto el libro de Albert Camus a mi lista de lecturas pendientes. Me han gustado mucho sus reflexiones.

    Abrazos :)

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    1. ¡Hola Hiro! Me alegro de que te hayan gustado las reflexiones de Camus. A mí me encanta. Si te va más la literatura que el ensayo, te recomendaría cualquiera de sus obras de teatro y, por supuesto, su novela "El extranjero". Es un clásico. Eso sí, si no la has leído y quieres hacerlo, te advierto de que es una de las novelas más desoladoras que hay en el universo. A mí de dejó un mal cuerpo de impresión, pero me hizo pensar muchísimo. ¡Un fuerte abrazo!

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  3. Conocía que el número de suicidios es elevado desde hace años y también de esa recomendación de la OMS sobre no hablar de los suicidios para evitar contagios. Se sabe que no es así, aunque es verdad que se tiene que ser prudente y hablar correctamente pero como en todo lo que concierne a seres humanos, la crisis y la desesperanza hacen que sigan aumentando los casos quizás porque no se encara la situación de frente y de forma clara.
    Leía que los suicidios son una muerte silenciosa que queda silenciada y es así, detrás de tabúes, de impotencia, de miedos, de desconocimiento, de frustración y de un inmenso dolor que sigue ahí, sin resolver, sin entender, después de desaparecer el suicida.
    Más recursos, más programas de prevención y hablar de eso que asusta.
    Se van haciendo cosas pero muy lentamente.

    Muy buena la reflexión de un tema que pocas veces se toca.
    Saludos

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    1. ¡Gracias Conxita! Completamente de acuerdo contigo en tu frase "Más recursos, más programas de prevención y hablar de eso que asusta". Creo que es una de las claves para empezar a afrontar este problemón que genera tanto sufrimiento. ¡Un fuerte abrazo!

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  4. Una de las obras más famosas del sociólogo Emile Durkheim se titulaba "el suicidio" y trataba sobre él. Hará ciento y pico de años que se publicó. Sería importante saber las causas que llevan al suicidio. Una de las que no se comenta, para no crear alarma social es que con la "crisis" ha aumentado con creces su índice. No lo dirán en la tele. Durkheim, en su día, decía, cosa curiosa, que la fe religiosa protegía a la gente del deseo de acabar con su vida. E decir, los creyentes se suicidan menos. Una sociedad con falta de valores, individualista e insolidaria provoca más exclusiones y suicidios que una bien armonizada. Eso es lógico.

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    1. ¡Hola Juli Gan! Qué interesante la idea de que la fe protege a la gente del deseo de quitarse la vida. Tiene cierto sentido, desde luego. Aunque, el argumento típico que muchas veces se utiliza desde la religión para defender que el suicidio no es lícito, a saber, que la vida no nos pertenece, porque es propiedad de Dios, me parece de lo menos fundamentado que hay en esta vida. Pero bueno, ese es otro tema Me apunto la obra de Durkheim; no la conocía y tiene una pinta estupenda. ¡Muchísimas gracias por la recomendación!

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  5. Vaya, alguien que menciona a Camus, toma una cita y nos la ofrece me merece crédito y admiración.

    Sobre el suicidio podríamos estar horas y horas hablando en tertulia unos y otros y no nos pondríamos de acuerdo. Hay muchas motivaciones, muchas mentes, muchos mundos, muchas sociedades percibidas según cómo y por quién. Canetti odiaba la muerte en cualquiera de sus formas. Pienso que aquella que tú mismo la eliges y ejecutas mano propia tiene mucho de decisión pero también mucho de frustración. Ya digo que no es fácil llegar a acuerdo sobre el tema. Y luego está el refrán: no se puede decir de este agua no beberé...no es igual el suicidio de un joven que nos parece increíble que rechace la vida a la de unos ancianos que estén de vuelta y no quieran ya seguir viviendo, o bien la enfermedad fatal que algunos prefieren no afrontar. Es todo muy particular.Claro que no se suelen difundir los casos de suicidio, ni debe hacerse. Pero solo sé que en mi entorno a lo largo de la vida ya me he encontrado varios casos de conocidos o próximos a mis conocidos. Y que semanalmente aparece en la prensa local una o más de una reseñas con la descripción; muere al precipitarse desde un sexto piso, o bien: aparece en el río...antes en las vías del tren, ahora más inaccesibles.

    Una constante histórica que me merece como poco mucho respeto y medida consideración.

    Interesante que trates el tema y como lo tratas.

    Salud e interés por la vida.

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  6. Ah, por cierto, toda la obra de Albert Camus es digna de interés y de lectura. Hay un libro suyo del que se ha hablado menos pero que me parece fundamental, se titula La caída, recomendable.

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    1. Muy interesante la reflexión que haces dejando patente la complejidad del tema. Me quedo con las ganas de saber por qué crees que no se deben difundir los casos de suicidio. Y tomo nota de tu recomendación de "La caída"; la tengo en casa olvidada y cogiendo polvo por puro despiste, pero voy a remediarlo. Un abrazo.

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    2. Difundir los casos de suicidio como a veces hace alguna prensa es poco respetuoso y harto morboso. Hay quienes se alientan a sí mismos al saber que otros toman su decisión final. No me gusta ver a gente joven suicidándose, por ejemplo, sin haber agotado posibilidades y recursos de vida. Pero, en fin, respeto la opción de cada cual que, en este asunto, nunca sabemos cuánto hay de conciencia clara o de desquiciamiento mental, incluidos desánimos, encerronas y falta de valor para vivir. Ya digo que el tema es complejo y hablo en general, no soy quién para señalar a nadie. Pero deberíamos animar a una cultura más esperanzadora del Yo que está por hacerse cada día. De suicidarnos todos, hagámoslo más bien viviendo, creo que tiene sus atractivos hoy por hoy, aquí y ahora.

      En fin, que hoy me pillas optimista o al menos esforzado por seguir probando de la existencia.

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    3. Entiendo; tienes mucha razón en que no tiene sentido la difusión si se va a hacer en plan morboso y sin respeto. Habrá que encontrar un término medio entre el tabú y el morbo. ¡Me sumo a intentar construir una cultura más esperanzadora! Un abrazo.

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  7. Sí, yo también aluciné. Muere más gente por suicidio en españa que por accidentes de tráfico, por ejemplo. Alguna campaña? Estuve investigando un poco el tema y por ejemplo las compañías de metro y de tren ocultan también las muertes por suicidio.

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    1. Es que creo que una cosa es tener datos en general de vez en cuando y otra que cada vez que haya un suicidio se comunique a diestro y siniestro por compañía alguna. Las familias tendrían que estar más al loro de cómo respiran sus próximos. En la mayor parte de los suicidios las familias se quedan sorprendidas y anonadadas por el paso crudo y definitivo de uno de los suyos. Eso siempre me preocupó. ¿Qué tipo de vida y relaciones llevamos? Acaso esa sea la pregunta...sin olvidar que ya hay una caracterización, no sé si genética o adquirida, en algunos individuos predispuestos a desear la no-vida. Y esto huele a enfermedad, sospecho.

      Gracias por permitir mi opinión.

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    2. Cierto, hay más muertes por suicidio que por accidentes de tráfico. Y es curioso, porque hay muchas campañas de prevención de lo segundo y ninguna o casi ninguna de lo primero. ¡Muchas gracias por comentar, Paola! Un fuerte abrazo.

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  8. Buen post. En su día también me puse a investigar, y en uno de mis borradores incluí estas citas que tal vez os resulten de interés:

    “Por incoherente y absurdo que parezca –concluye Vilaseca-, cuanto más progreso económico desarrolla una sociedad, más infelices suelen ser los seres humanos que la componen. De ahí que algunos de los países más ricos del mundo, como Suecia, Noruega, Finlandia y Estados Unidos, cuenten, paradójicamente, con las tasas de suicidio más elevadas del planeta”. Solo en Estados Unidos de América, “anualmente (…) fallecen por suicidio de 30.000 a 50.000 personas” (Gastó, 2009).

    "¿Qué clase de desarrollo es éste que acorta la vida de las personas? Se infectan de VIH/SIDA. Nuestros niños reciben palizas en la escuela y no quieren ir. Algunos comienzan a prostituirse. No se les permite cazar. Pelean porque están aburridos y se emborrachan. Están empezando a suicidarse. Nunca antes vimos algo así. ¿Esto es «desarrollo»?" Roy Sesana (activista bosquimano).

    "El suicidio no aparece sino con la civilización (…) El verdadero suicidio, el suicidio triste, encuéntrase en estado endémico en los pueblos civilizados (…) Por todas partes el suicidio castiga con más fuerza a las ciudades que al campo. Se ha visto en él a veces una especie de enfermedad contagiosa que tiene por focos de irradiación las capitales y ciudades importantes, y que desde allí se extiende sobre el resto del país. En fin, en toda Europa, con excepción de Noruega, la cifra de suicidios aumenta regularmente desde hace un siglo. Según un cálculo, había triplicado de 1821 a 1880. (…) Según las regiones, la marcha ascendente es más rápida o más lenta, pero lo es sin excepción. La agricultura está menos castigada que la industria, pero el contingente que proporciona al suicidio va siempre en aumento. Estamos, pues, en presencia de un fenómeno ligado, no a tales o cuales circunstancias locales y particulares, sino a un estado general del medio social. (…) La marea creciente de muertos voluntarios prueba, no sólo que existe un mayor número de individuos excesivamente desgraciados para soportar la vida (…), sino que la felicidad general de la sociedad disminuye" (Durkheim, 1893).

    Y concluía yo algo así: ya a principios del siglo pasado, Mariano Ruiz-Funes dejaba constancia de que “en un siglo, aproximado, la capacidad suicidógena de nuestro país [España] ha aumentado diecisiete veces”, pasando de 1,6 suicidios por cada millón de habitantes en 1838 a 27,6 a finales de ese mismo siglo. Un siglo después la situación ha seguido empeorando. Actualmente, aunque los datos varían según las fuentes consultadas, la cifra estaría en torno a los 70 suicidios por cada millón de españoles, posiblemente más. Y todo indica que en el futuro será peor: “Se trata de un fenómeno que aumenta año tras año y ese motivo ha llevado a la OMS a estimar que en 2020 habrá aumentado un 50% el número de personas que se quitan la vida” .

    Un abrazo.

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    1. Buenísimos los fragmentos que incluyes. ¡Muchas gracias por aportar tanta riqueza! Un abrazo.

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  9. ¡Hola D.P! ya vengo con las pilas puestas como bien sabes (y a cara descubierta) ;-)
    En primer lugar te diré que ignoraba ese dato, lo confieso. Y lo primero que pensé es en lo de no difundir algo que puede dar ideas a los demás. Pero estoy contigo en que decidirse a tomar esa 'salida' porque otros lo han hecho no tiene mucho sentido.
    No al menos en el fondo, pero quizás sí en la forma para todos aquellos a quienes les baila esa idea en la cabeza.
    En definitiva, aunque creo que hay un porcentaje muy elevado de personas partidarias de seguir a la manada, me cuesta pensar que en eso también.
    Menudo tema tan interesante has traído.
    ¡Un beso!

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    1. ¡Hola Chelo! Muy interesante la apreciación de que el contagio pueda estar más en la forma que en el fondo. Sea como sea, me parece fundamental que se gestione de alguna forma, porque está bien claro que silenciarlo no sirve para nada. ¡Un fuerte abrazo!

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  10. Pues sí, es la primera causa de muerte. Imagina si incluímos además los suicidios en grado de tentativa. Creo que sumando ambas cifras, las muertes por suicidio superan a las muertes violentas a nivel global, guerras incluidas. Lo peor es que ha ído en aumento (he mirado el dato y en los últimos años, en el mundo, ha aumentado un 60%).
    Llámame morboso, pero es un tema de mi interés, parece tan extraño teniendo en cuenta lo corta que es una vida promedio (¿que son setenta y pico años?), salvo en el caso de enfermedad incurable. Pero a pesar de todo, la gente hace por vivir, debe haber algo más detrás y ¿por qué no se invierte? ¿por qué no hay protocolos a los que puedan acceder por ejemplo profesores? (primera causa de muerte entre jóvenes) ¿por qué no hay una ley destinada a paliar esta sangría? ¿Es tan solo por evitar el temido efecto contagio? Parece que el suicidio es el gran tabú de nuestros tiempos, ¿cómo encajarlo en lo que parece ser el mejor de los mundos posibles? Y creo que frustración vital que alimenta el consumismo rampante de estos tiempos, lo favorece. Pero en fin, ojalá algún día se ponga interés en determinar sus causas y así erradicarlas.
    Interesante entrada.
    Un abrazo.

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    1. ¡Hola Gerardo! Qué buenas las preguntas que incluyes; yo también me las hago ante el asombro que me suscita el suicidio. Y no me parece que seas morboso porque te interese dicho tema; me parece inevitable que cause curiosidad y, por tanto, interés. Un fuerte abrazo.

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    3. Saludos DP. Muy interesante el tema de tu post.

      En mi opinión haces una serie de valoraciones no muy justificadas. Dices que el hecho de que haya tantos suicidios te parece una "BRUTALIDAD TOTAL", así, en mayúsculas; Lo que sí es indignante que se oculten los datos, porque revelan, no un problema, como dices, sino una peculiaridad del hombre, del hombre moderno.

      Dices "¿cómo se va a resolver el problema? ¿Solo? ¡Dios, qué indignante!", con lo cual vuelves a incidir en que lo consideras un "problema". ¿Por qué? ¿Por qué te parece un problema que una persona decida que no le merece la pena vivir?

      Nuestra sociedad condena el suicidio (toda sociedad tiende a la autoconsevación). No sólo no facilita los medios a quien quiere tomar esa decisión, sino que su única respuesta es tratar de disuadirlo, o decir que la causa es que sufre mucho, que está deprimido, etc.

      El suicidio es un problema sólo para los que se quedan aquí. Para los que deciden largarse es una solución, una decisión personal que no tiene nada de malo y que, además, en contra de lo que dice la moralina al uso en nuestra sociedad, requiere una buena dosis de coraje.

      Saludos.

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  11. ¡Hola Entangled! Muy interesante tu planteamiento, me ha hecho reflexionar sobre cómo he expresado mi percepción sobre el suicidio. Con "problema" me refiero sobre todo a que me parece una cuestión de suma importancia que, por tanto, no debe ser silenciada. Pero no me refiero a que lo considere mal moralmente. Habría que analizar cada caso, porque las causas del suicidio son muy diversas pero, salvo excepciones, me suele parecer moralmente lícito. ¿Es un problema que tanta gente decida quitarse la vida en las sociedades modernas? Para mí es, como mínimo, inquietante y merece la pena prestarle mucha más atención de la que, para mi gusto, se le presta. Un abrazo y muchas gracias por comentar.

    P.D. Perdón por si puede parecer que soy demasiado vehemente cuando escribo; entiendo que pueda llevar a confusión.

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  12. Hola, yo sabía desde hace tiempo que el suicidio es una de las principales causas de muerte. Y, al igual que tú, siempre me he planteado si funciona eso de no hablar de ello, si de verdad evita el llamado efecto llamada. Desde mi ignorancia creo que no. Aunque si se supiera el numero de personas que se suicida al día quizá nos quedásemos en shock.

    Me encanta leerte, me recuerdas porqué me gustaba (y sigue gustando) tanto la filosofía en el instituto. Cuando la mayoría de los alumnos la odiaban porque creían que era aburrida y una pérdida de tiempo, a mí me parecía fascinante y enriquecedora.

    Un saludo.

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  13. ¡Hola Patricia! ¡Muchas gracias! A mí también me encanta leerte (tengo pendiente tu última entrada). La filosofía es una de las mejores cosas del universo, jajaja. Aunque, bueno, todo depende del enfoque que se le dé, porque también puede ser insufrible. Cuando es una verdadera búsqueda del saber desinteresada y sin egos de por medio, no tiene parangón. ¡Un fuerte abrazo y cuando quieras filosofamos un rato!

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