SIN ESPERANZA SE VIVE MEJOR


No en vano existe el refrán "La esperanza es lo último que se pierde". Y es que la Aguirre ha tenido que dimitir tres veces para que, de una vez por todas, podamos dar por finiquitada su carrera política. Yo aún no me lo creo y me espero cualquier resurgimiento espontáneo a lo Walking Death dentro de un tiempo, cuando el recuerdo de sus mangoneos y de su pésima gestión se haya disipado. Es por eso que no estoy exultante de alegría, aunque sin duda es una gran noticia el no tener que soportar más sus faltas de respeto y su soberbia desmedida. Y es que, Esperanza Aguirre, ha sido una de las políticas que más desbordamientos me ha generado a lo largo de su recorrido político (desde que era ministra de cultura, hasta que consiguió ser Presidenta de la Comunidad de Madrid). 

Uno de los últimos desbordamiento graves que me produjo ocurrió hace un par de años. Tengo grabadas en mi mente las declaraciones en las que insinuaba de manera poco sutil que los parados eran unos vagos redomados encantados con su situación y que para qué iban a buscar trabajo si ya cobraban la prestación (la llegó a comparar con una beca); que lo mejor sería que no tuvieran derecho a cobrar nada, porque si no nunca se iban a poner a buscar trabajo en serio. Qué despropósito… 

Por desgracia, he coincidido con varias personas que están o han estado en situación de desempleo y el sufrimiento que han vivido ha sido de órdago. No sólo estaban inquietos por el hecho de no tener trabajo: lo que sentían era verdadera angustia. Y no sólo ellos, sino todas la personas de su alrededor (familliares, amigos, conocidos...), que más que ayudarles a superar esa angustia, lo que conseguían muchas veces era infundirles más miedo al dejar constancia de que su circunstancia les parecía tremenda y completamente indeseable. Por mi parte, jamás he encontrado a una sola persona con la idea de que estar en paro fuera un chollo. Sólo he coincidido con gente a la que les parece una desgracia y que darían cualquier cosa por no estar en esa situación ni por tener que cobrar una prestación. 

Y es que esa creencia de que hay que motivar a las personas para que busquen trabajo reduciéndoles o quitándoles la prestación, bajo el supuesto de que somos unos vagos y sólo queremos aprovecharnos del Estado, es realmente perniciosa. ¿Alguien puede explicarme cómo va a solucionar el problema del desempleo el eliminar o bajar la prestación a un parado? ¿En qué ayuda eso a que encuentre trabajo o a que haya más opciones de empleo? Lo único que hace es ponerle las cosas mucho más difíciles. 

Por eso, me pareció una irresponsabilidad manifiesta por parte de Aguirre (y de cualquier político o empresario que manifieste algo así) el fomentar este tipo de falsedades, además de una falta de consideración total para con los ciudadanos, debido a que no sólo no se tiene en cuenta su sufrimiento, sino que encima se les estigmatiza haciendo parecer al colectivo de personas en paro, unos indeseable. Es pura difamación y, sin duda, un motivo de dimisión fulminante. Encima, sobra decir que la prestación percibida por un parado es UN DERECHO INALIENABLE. Esta persona ha estado cotizando y pagando al Estado parte de su sueldo durante los años correspondientes, ¿y ahora no puede cobrar lo que es suyo? ARDOOOOOOOOOOOOOO.

Por esto y otros múltiples despropósitos de la Aguirre, nunca antes había deseado tanto en mi vida perder la "esperanza" y jamás pensé que estaría tan bien sin ella. Paradojas de la vida...

Comentarios

  1. Para estos casos hay un refrán perfecto: "Cree el ladrón que todos son de su condición". Si yo tengo un morro que me lo piso, pues los demás también, a ver si voy a ser yo el único en mi especie. :P

    Un saludo.

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    1. ¡Hola Patricia! Sí, algo así debe de ser. Es una pena que no se exija cierto nivel moral para trabajar en política, pues ser representante público es una cosa muy seria y puedes hacer mucho daño. Debería ser requisito indispensable perseguir el bien común, pero por desgracia parece que esto ya no se lleva. ¡Un fuerte abrazo!

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  2. Estoy contigo.

    En mi caso, conozco muy de cerca cuatro ejemplos de parados con o sin ayuda ecónomica del Estado (ya sea prestación, subsidio, renta activa de inserción, etc.). El mío (sin ayudas hasta la fecha), el de mi madre (con la ayuda acabada), el de mi tío (con la ayuda también acabada) y el de mi otro tío (a punto de acabársele).

    En mi opinión, las ayudas, si bien solo son un parche dentro del capitalismo, le proporcionan al ciudadano medio un mayor poder negociador y de elección frente al libre mercado, ya que sin ellas, se vería obligado, más de lo que ya lo está ahora, a trabajar más horas y en peores cosas. Básicamente lo que quiere el PP. En mi caso, servir platos hasta la una de la mañana. En el de mi madre, cuidar ancianos/as, limpiar casas, etc. En ese sentido, sí, las ayudas retrasan en muchos casos la vuelta al mercado laboral, en eso puedo estar de acuerdo con la derecha, pero a diferencia de ella, veo bien que sea así.

    Mi tío, por ejemplo, está estudiando un ciclo formativo de panadería gracias a ellas, yo escribiendo, y un tercero estará, quizá, recuperándose anímicamente de su anterior trabajo. No es que seamos vagos. Lo que ocurre es que somos vagos de su esclavitud, y a mucha honra :o)

    Un abrazo.

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    1. ¡Hola Hugo! Coincido completamente contigo; también veo bien que las personas disfruten de su prestación para retrasar su inserción a un mercado laboral que implica condiciones nefastas e indignas. Me desbordo cada vez que sale el presidente de la CEOE diciendo que hay que aceptar cualquier trabajo que se te ofrezca, por mierda que sea. ¡Qué daño hace la creencia de que existe igualdad de oportunidades y que, si no consigues lo que quieres, es porque no te esfuerzas lo suficiente! Tócate las napias... ¡Abrazos!

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  3. Estoy de acuerdo, sin Esperanza en la política se vive mejor. El aire político está más limpio. Cuando nos bajaron el sueldo a la profesores y antes de que nos ampliaran el horario mintió brutalmente con la afirmación de que nosotros solo trabajábamos 18 horas lectivas, y que ningún español estaba menos desocupado que nosotros. Se le olvidó nombrar las horas de guardia, rellenar papeles, de reuniones, (de permanencia obligatoria en los centros) y las horas de libre disposición dedicadas a preparar temario, corregir exámenes, rellenar los papeles que no te dio tiempo (y nunca da tiempo) en las de permanencia obligatoria. Total, 37 horas semanales, no 18. En fin, un personaje...
    Un abrazo, D.P.

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    1. ¡Buffff! La de malos recuerdos que me han venido a la cabeza con lo que cuentas, Ángeles. Esperanza Aguirre fue una auténtica mala política (por no rebajarme a los insultos) con la guerra sucia que inició contra la marea verde. ¿Cómo se se puede mentir de esa forma y que no haya consecuencias? Bueno, sí, quiero pensar que una de las consecuencias de todo el daño que hizo al colectivo docente (entre otros muchos) es que no ganó las elecciones a la alcaldía de Madrid. En fin, ojalá dentro de poco vuelvan las 18 horas lectivas, porque 20 son una auténtica pasada. ¡Un fuerte abrazo!

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  4. Los políticos desde hace tiempo no son un colectivo que me merezca ningún respeto, creo que con creces han demostrado que hablan y hablan para otros y ellos se aplican lo contrario, me parece indigno y me enfada, qué intenten vivir estos miserables con las pensiones de los abuelitos, que vayan a buscar empleo y se sientan rechazados y sin esperanzas como les pasa a muchos en este país, que sientan el temor y la zozobra de no saber cómo pagar las facturas o como dar de comer a sus hijos, es indigno, es una vergüenza y es un tema en el que me enciendo porque seguimos viendo desfachatez y encima siguen saliendo. No quiero dedicar ni un minuto más a esos horribles personajes.
    Un abrazo

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    1. Desde luego, Conxita; hay políticos que te quitan las ganas de vivir. Quiero pensar que no son todos, que las generalizaciones son siempre indebidas, pero es que lo ponen difícil, lo jodíos, para defender esta afirmación. En fin, como muy bien señalas, lo mejor que se puede hacer es no dedicar ni un minuto de nuestro tiempo a estos personajes, sino poner nuestras energías en cosas que verdaderamente merezcan la pena. ¡Un abrazo!

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  5. Cuando he visto el título de tu post, sin aún ver la imagen, no entendía muy bien lo de vivir mejor, pero en seguida lo he comprendido y me ha gustado el juego que has hecho con el mundo de la política, poniendo a la cabeza a Esperanza.
    Me gustaría ver a uno, solo uno, de ellos pasando las penurias que sufren los parados. Y es que es lo de siempre, la política desde el despacho no se ajusta a las necesidades reales.
    Muy buena reflexión, D.P.
    Un beso

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    1. ¡Hola Chelo! Sí, ojalá algunos políticos fueran un poco más empáticos y no buscaran sólo su bien individual, sino que verdaderamente ejercieran su función pública y trabajaran a conciencia para beneficiar a todos. ¡Un fuerte abrazo!

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