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Mostrando entradas de enero, 2017

EL REGALO FERPECTO

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Me alegro de que la Navidad haya terminado, porque es una época verdaderamente agotadora, especialmente en lo que se refiere a los regalos. De hecho, que en Navidad se regala, parece una premisa incuestionable. No lo es, desde luego y tengo el total convencimiento de que mucha gente optará por otros modelos diferentes que no impliquen comprar o crear cosas para otras personas.  Yo regalo y también me regalan. Lo primero, regalar, me encanta, porque me gusta mucho sorprender y satisfacer a mis seres queridos. Lo segundo, que me regalen, ya no me agrada tanto. La razón principal, no me suelen gustar nada los regalos que me hacen. Sí, lo sé, y lo tengo asumido: soy una persona muy difícil para regalar, el terror de los amigos invisibles (si ves a alguien poniendo cara de mierda después de abrir su papelito en el reparto, es porque le he tocado yo seguro). El origen de esta dificultad radica en el hecho de que siempre le encuentro pegas a todo y creo que esta condición pejiguera v

PENSAMIENTO Y LENGUAJE

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Siempre me ha parecido desbordantemente falaz la afirmación, casi dogmática, de que si no sabes expresar con palabras algo es que realmente no lo entiendes. De hecho, antes me generaba mucha inquietud, incluso cierto complejo, especialmente cuando me lo decía algún profesor en plena exposición o examen oral. De esta forma, para mí se convirtió en una verdad incuestionable. “Claro”,- pensaba. “¿Cómo vas a comprender realmente algo si no sabes expresarlo con palabras? Es imposible.” Pero no era imposible, ¡para nada era imposible! Cuando, después de algunos años de enseñanza castrante, comencé a cuestionar esta afirmación, fue una liberación total darme cuenta de que, en realidad, era falsa. De algún modo, siempre lo había sospechado, porque yo tenía la sensación en mi fuero interno de que había cosas que entendía y en las que podía pensar perfectamente y que, aun así, no sabía ni podía expresarlas con el lenguaje. Pero como siempre me habían dicho que eso era imposible, pensaba

THE NEW YEAR

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Cada Nochevieja, después de que pasen las doce de la noche, disfruto del único rito que he instaurado en mi vida como absolutamente obligatorio: la escucha de una de las canciones que más me gustan en este mundo, “The new year”, de Death Cab for Cutie. Sin duda alguna, los discos de este grupo han marcado mi existencia y me resultan tan evocadores, que no puedo parar de sentir y sentir mientras los escucho. “Transatlanticism” (uno de los mejores de su discografía junto con “The photo album”) es el que contiene esta canción, cuyo vídeo os incluyo para que podáis empezar el año con algo definitivamente bello y desbordante. Mis mejores deseos para este año nuevo.